[tm_pb_section admin_label=»section»][tm_pb_row admin_label=»Row»][tm_pb_column type=»4_4″][tm_pb_cta admin_label=»Call To Action» title=»CUOTAS DE ENTRADA Y SEMANALES» url_new_window=»off» use_background_color=»on» background_color=»#7100e2″ text_orientation=»center» use_border_color=»off» border_color=»#ffffff» border_style=»solid» custom_button=»off» button_letter_spacing=»0″ button_use_icon=»default» button_icon_placement=»right» button_on_hover=»on» button_letter_spacing_hover=»0″] [/tm_pb_cta][/tm_pb_column][/tm_pb_row][tm_pb_row admin_label=»row»][tm_pb_column type=»2_3″][tm_pb_text admin_label=»Text» text_orientation=»justified» use_border_color=»off» border_color=»#ffffff» border_style=»solid»]

 

Los ingresos más destacados y a veces únicos de las cofradías procedían de las limosnas que en forma de cuotas pagaban sus cofrades. La Congregación, incluso cuando dispuso de un relevante patrimonio raíz, tubo en las cuotas de sus muchos cofrades su principal renta. El ingreso en la cofradía obligaba al pago de una cuota de entrada y una pequeña contribución semanal. Esta cuota de entrada  comenzó siendo de doce reales, reduciéndose a la mitad en el caso de los hijos menores de los cofrades; a esta derrama había que añadir cada semana el pago de cuatro maravedís. La reforma de las ordenanzas llevada a cabo en 1653 apenas hizo cambios al respecto, salvo añadir a la entrada media libra de cera amarilla, y sancionar la admisión de cofrades mayores de cincuenta años con cien reales.

[/tm_pb_text][/tm_pb_column][tm_pb_column type=»1_3″][tm_pb_image admin_label=»Image» src=»http://lacongregacion.es/wp-content/uploads/2019/01/IMG_1278.jpg» show_in_lightbox=»off» url_new_window=»off» use_overlay=»off» animation=»left» sticky=»off» align=»left» force_fullwidth=»off» always_center_on_mobile=»on» use_border_color=»off» border_color=»#ffffff» border_style=»solid»] [/tm_pb_image][/tm_pb_column][/tm_pb_row][/tm_pb_section]